MONTERÍA
El presidente Gustavo Petro puso las condiciones y el Clan del Golfo dijo estar presto a aceptarlas. El grupo armado aceptó la invitación que le lanzó el jefe de Estado ayer lunes de sentarse a dialogar para lograr su desarme.
“El que tiene el balón en la cancha es el Clan del Golfo, se atreve o no se atreve. Si no se atreve, guerreamos y la decisión es destruirlos”, fue lo que dijo el mandatario desde Apartadó, Antioquia, durante su ‘Gobierno con el Pueblo’.
Posterior a ello, Petro le puso unas condiciones mínimas para poder arrancar los diálogos: “Si están dispuestos a dejar los negocios ilícitos, el de los migrantes, la extorsión, el traqueteo, hablamos, pero no para vernos la cara de bobos, sino para hablar seriamente de eso, porque a mí me interesa más la verdad”.
Ante la insistencia del jefe de Estado, en la madrugada de este martes el Clan del Golfo –que prefiere autodenominarse Ejército Gaitanista de Colombia, EGC- le contestó asegurando que están dispuestos a sentarse con el Gobierno nacional.
“Aceptamos la invitación hecha por el señor presidente, en el sentido de sentarnos a negociar las condiciones políticas que permitan las transformaciones sociales que todos queremos para las regiones en donde hacemos presencia”, se lee en el comunicado.
El Clan del Golfo ya tiene a su equipo negociador conformado por lo que señalaron que esperan las indicaciones del Gobierno para comenzar los diálogos. “Este es un camino muy difícil y complejo, que estamos dispuestos a recorrer”.
Sobre las condiciones puestas por Petro, el grupo armado se lavó las manos y señaló no ser promotor de economías ilícitas, pero sí reconocieron el cobro al denominado «impuesto al gramaje», un tributo sobre la coca.
Petro también les advirtió que deben estar dispuestos a dejar el “negocio” de los migrantes, cosa que también desconocieron hacer pues, aseguran no tienen “el poder de crear las condiciones para que se registre un flujo migratorio de las proporciones del que se vive en los últimos años en el Darién”.
Finalmente, reiteraron no tener ningún tipo de vínculo “con este nefasto tráfico” de personas “para explotarlos y a menudo abandonarlos a su suerte”.